En el cine de verano

Entre muchas de las satisfaciones que me da el verano, el cine al aire libre es una de ellas. En manga corta y provista con la correspondiente rebequita de tricot (como diria una gran amiga), me dispongo a disfrutar de mi sandwich, una coca-cola y una pipas (siempre con sal).

Con mi grupo de cinéfilos, allí sentados, pipas en mano, comienza "Los hombres que no amaban a las mujeres", después de mucha publicidad la peli.

El personaje femenino principal, que se encuentra en el cartel, carece de cuál interés para el espectador. Introspectiva, uraña, agresiva, la definen. El prota, un periodista, condenado por difamación, que investiga una desapación de hace 40 años, unen fuerzas para resolverlo.

Sinceramente no sé como será el libro (no lo he leido y después de esto, se me han quitado las ganas), así que hago mi crítica desde el punto de vista de un cinéfilo. A priori el argumento atrae, pero en el transcurso de la pelicula, desaparece cualquier interés en la desaparición, y empiezan a encontrar y divagar entre fotos antiguas, diarios, relatos biblicos, para terminar con una intriga nazi, quién lo hubiera imaginado.

Advertidos quedais, por mi parte no le doy ni una estrella de esas, las violaciones y felaciones son de una dureza que hiere la sensibilidad. Así que a pesar de lo agusto que se encuentra en el cine al fresquito de agosto, para dormirse como yo, no merece la pena ir (y nunca me duermo en el cine).