muchacha en la ventana

"Lo que sé, lo puede saber cualquiera, pero lo que siente mi corazón solo lo conozco yo" Goethe

domingo, 2 de mayo de 2010

Un día

Esta mañana sonó el despertador a una hora ilegal para un domingo, que cabreo. Bueno ya que estoy despierta, haremos algo. Pues sin pensarmelo me he ido "a poner las calles", jajaja, un paseo matutino con los primeros rayos del sol y ni un alma por las calles.


Vuelta a mi habitat, rodeada de papelajos, y después de un pedazo desayuno, es hora de ponerme a teclear e ir terminando los múltiples flancos que tengo abiertos. La verdad que ya estoy un pelin cansada, a estas alturas del curso y a la vuelta de la esquina de lo que yo llamo "el día D" (el dia del examen), estoy deseando de terminar y que todo tome el rumbo establecido.


Tengo ganas de recuperar mi vida, porque creo que a estas alturas de la pelicula la perdí un poco. A la vista está que visito poco mi propio lugar en la ventana. Ya me queda menos. Vuelvo a mis legajos.

10 comentarios:

  1. Así luego coges tu ventana con más ganas e ilusión. Ya queda poco. Ánimo con esos exámenes.
    Un saludo.

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  2. Ánimo con los libros! (yo tb debería coger los míos!)

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  3. Sí el curso está durando mucho yo me noto cansada.. supongo que estás opositando como gran parte, doble esfuerzo pues, mucha suerte y ánimo..

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  4. Ico, has dado en el clavo. Me gusta esta profesión pero a estas alturas de corregir, estudiar,cursos, excursiones, teatros, programar y demás estoy que me tiro a las vías del tren,jejeje, metafóricamente hablando. Sólo es cuestión de tiempo, que el agua vuelva a su curso.

    Gracias y un abrazo

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  5. Claro que ya queda meno,ya lo teneis "chupao"!!!

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  6. Gracias Aurea, espero pensar eso, en los momentos previos de hacer el examen. besoss

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  7. Si te dijera que me despierto muchas veces sin despertador...

    Eso sí; me quedo esperando a Morfeo.

    Un abrazo

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  8. Santa pues vaya, la próxima vez que vea a Morfeo te lo mando volando.

    un abrazo

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"El sabio puede cambiar de opinion. El necio nunca", Kant