muchacha en la ventana

"Lo que sé, lo puede saber cualquiera, pero lo que siente mi corazón solo lo conozco yo" Goethe

lunes, 25 de mayo de 2009

Angel Ganivet: Vivir


Ángel Ganivet
, granadino de nacimieto vivió entre 1865 y 1898, es uno de los pensadores finiseculares más enigmáticos y, a la vez, más inspirados sobre el tema de la esencia de su país. Ganivet no sólo veía a España como un misterio, sino también solía velar a su persona y si pensamiento de sus lectores. Pero éstos pocas veces han respondido con el obligado ejercicio de hermenéutica. Por eso, se le ha supuesto casi siempre un dogmático, cuando de hecho poseía una inteligencia escindida, que le impulsaba a afirmar ora una posición, ora su contraria.

Forcejean dentro de Ganivet una tendencia heroica a idealizar la experiencia, por un lado, y una conciencia antiheroica de los límites humanos, por otro. Para ello creó a Hípope y Cínope. Hípope es un hombre noble, elevado en sus ideas y neto en sus intenciones, una especie de Parsifal civilizado; Cínope es un cínico, un hombre primitivo, tan bueno como Hípope, pero mucho más granuja, más pícaro.

De esta manera se vé a Ganivet, pero será Eduardo Arroyo el que capte su dicotomia interior en una serie realizada entorno al suicidio de Ángel Ganivet, donde recogen diferentes momentos como, en el que tras arrojarse a las heladas aguas del río Dvina, sólo emergen sus zapatos o este instante donde lo tenemos echado encima de una mesa sobre sus aputes (con una botella de manzanilla); trasluciendo la amargura interior del granadino.

Así mismo he añadido un poema, muy al hilo del sentir de autor, se titula Vivir.


Lleva el placer al dolor

y el dolor lleva al placer;

¡vivir no es más que correr

eternamente alrededor

de la esfinge del amor!



Esfinge de forma rara

que no deja ver la cara...;

más yo la he visto en secreto,

y es la esfinge un esqueleto

y el amor en muerte para.

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