muchacha en la ventana

"Lo que sé, lo puede saber cualquiera, pero lo que siente mi corazón solo lo conozco yo" Goethe

sábado, 1 de agosto de 2009

De vuelta.

Desde el lugar más sagrado para los griegos se puede contemplar esta maravillosa vista.Delfos, el oraculo más poderoso. Durante una breve estancia, estos han sido mis paisajes, los dioses mis compañeros de ferri, y las ruinas antiguas los más bellos edificios, nunca vistos.De vuelta estoy.


A las estatuas de los dioses



Hermosas y vencidas soñáis,

vueltos los ciegos ojos hacia el cielo,

mirando las remotas edades

de titánicos hombres,

cuyo amor os daba ligeras guirnaldas

y la olorosa llama se alzaba

hacia la luz divina, su hermana celeste.



Reflejo de vuestra verdad, las criaturas

adictas y libres como el agua iban;

aún no había mordido la brillante maldad

sus cuerpos llenos de majestad y gracia.

En vosotros creían y vosotros existíais;

la vida no era un delirio sombrío.



La miseria y la muerte futuras,

no pensadas aún, en vuestras manos

bajo un inofensivo sueño adormecían

sus venenosas flores bellas,

y una y otra vez el mismo amor tornaba

al pecho de los hombres,

como ave fiel que vuelve al nido

cuando el día, entre las altas ramas,

con apacible risa va entornando los ojos.



Eran tiempos heroicos y frágiles,

deshechos con vuestro poder como un sueño feliz.

Hoy yacéis, mutiladas y oscuras,

entre los grises jardines de las ciudades,

piedra inútil que el soplo celeste no anima,

abandonadas de la súplica y la humana esperanza.



La lluvia con la luz resbalan

sobre tanta muerte memorable,

mientras desfilan a lo lejos muchedumbres

que antaño impíamente desertaron

vuestros marmóreos altares,

santificados en la memoria del poeta.



Tal vez su fe os devuelva el cielo.

Más no juzguéis por el rayo, la guerra o la plaga

una triste humanidad decaída;

impasibles reinad en el divino espacio.

Distraiga con su gracia el copero solícito

la cólera de vuestro poder que despierta



En tanto el poeta, en la noche otoñal,

bajo el blanco embeleso lunático,

mira las ramas que el verdor abandona

nevarse de luz beatamente,

y sueña con vuestro trono de oro

y vuestra faz cegadora,

lejos de los hombres,

allá en la altura impenetrable


Luis Cernuda. Invocaciones (1934-1935)

6 comentarios:

  1. "las criaturas adictas y libres como el agua iban" me gusta este verso.. ¿ cuándo retrocedimos en libertades?

    ResponderEliminar
  2. Ico, yo me quedo con este: "hoy yacéis, mutiladas y oscuras,entre los grises jardines de las ciudades".
    supongo que retrocedimos en libertades, cuando se apoderó de nosotros el miedo.

    un saludo

    ResponderEliminar
  3. Pues no sabes la envidia que me das, muchacha. Además, esa imagen siempre me ha parecido de una paz...

    ResponderEliminar
  4. Diana, es un sitio increible, se percibe esa magia y esa paz.tan lejos, tan lejos estaba que no podia ni actualizar mi blog.

    besos

    ResponderEliminar
  5. hola me gustó mucho tu blog ya lo enlaze en mí lista de blog , saludoss.

    ResponderEliminar
  6. Pasate cuando quieras por aquí, a mi también me ha gustado mucho tu blog.

    un saludo

    ResponderEliminar

"El sabio puede cambiar de opinion. El necio nunca", Kant